La Bella Italia


1/Nov/2015 Para llegar al aeropuerto Charles de Gaulle decidimos img_20151201_100809.jpgtomar un Uber, no era la opción más barata pero sí la más rápida y cómoda.

Ya habiendo llegado, dejamos en el correo francés unas formas para que nos devolvieran los impuestos pagados por ciertos artículos que adquirimos, y que todo extranjero tiene derecho de hacerlo. Después pasamos por unos recuerditos de París y al final pasamos a la sala de abordar. En 1 hora y cuarto ya estabamos llegando al Aeropuerto Marco Polo de Venecia. Ya cuando sobrevolábamos esta ciudad, nos empezó a invadir la alegría, otra ciudad más que lograbamos visitar.

 

my_hdr_camera_20160310_154042.jpgVenecia Para llegar a la ciudad de los gondoleros y de los artesanos del cristal murano, tomamos el Vaporetto, que es un taxi en forma de bote. Es el método más usado para llegar a los canales de Venecia. Nos quedamos en el Hotel Savoia & Jolanda, que literalmente nos quedó al pie de la terminal del Vaporetto. Desempacamos y nos fuimos a cenar porque ya teníamos hambre; una pasta y un vinito nos recargaron las pilas y decidimos irnos a caminar por la ciudad y sus callejones. Es muy fácil perderse. En cuestión de minutos nos desorientamos y ya no sabíamos si íbamos o veníamos. Lo que nos ayudó fue que tenía una app con el el mapa de Venecia descargado previamente y con la ayuda del gps del telefono
pudimos regresar al hotel. Como Italia es famosa por su gelatos, en cuanto vimos una gelateria empezamos a degustarlos. Están deliciosos, en realidad puedes apreciar sus sabor natural y aparte son de una textura diferente a la de los helados que te pueden encontrar normalmente. Al día siguiente seguía medio lloviendo, pero aún así nos fuímos a cumplir otro sueño de mi esposa: pasear en una góndola por los canales de Venecia. Antes de ir en busca de uno de ellos, vimos al salir del hotel que en la Plaza San Marcos estaban poniendo tarimas para crear caminos por encima del piso, nos preguntamos que para qué eran pero

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no le dimos importancia y nos fuimos al Puente de la Academia a tomar la foto panorámica de la Basilica di Santa Maria della Salute para después  ir en busca del el Ponte di Rialto, pero como lo estaban reparando, la foto no se pudo.  Ahora sí, el paseo en góndola. Una vez que encontramos al gondolero, empezamos nuestro paseo. La verdad es algo diferente, te enamoras más, te sientes como en las películas, y mi esposa… «Feliz», estaba super fascinada porque al fin cumplía otro deseo de su bucket list. Nos tomamos la selfie: nosotros, la góndola y su famoso gondolero, ataviado con su famosa camisa con rayas blancas y negras.

Aquí viene la anécdota. Recuerdan lo de las tarimas?

my_hdr_camera_20160310_154340.jpg        Como siguió lloviendo, ya al regreso nos encontramos con que la Plaza San Marcos estaba ¡I-nun-da-da! Debo reconocer que la desesperación se apoderó de nosotros por unos minutos porque ya quedaba poco tiempo para hacer el check-out. La fila estaba larguísima para cruzar al otro extremo. Lo bueno fue que había venderes de botas de hule y con tal de llegar, las compramos. En menos de 10 minutos cruzamos la inundación. Las tarimas funcionaron como una especie de puente sobre el agua y así la gente no se mojaba sus zapatos.

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Ya listos con nuestras maletas, tomamos el Vaporetto de vuelta que nos llevaría a la Estación Santa Lucía. Ahí de nuevo nos compramos otro gelato, esta vez eran de la gelateria Grom, los gelatos más famosos del mundo mundial. Aunque fue una noche en Venecia, alcanzamos a ver lo más significativo de esta bella ciudad, que te maravilla con sus canales y callejones pintorescos. Prego.

img_20151201_100603.jpgFlorencia Tomamos el tren de la compañía Italo y nos fuimos con rumbo a Florencia. Como apenas empezaba a caer la tarde, todavía se podían apreciar esos campos de vid de uva muy propios de la toscana. El atardecer caía y el cielo nos regalaba un espectáculo de nubes violetas, rosas y naranjas, como si fueran murales. Llegamos en 2 horas. Al llegar, aún y que llevábamos todo preparado, nos medio perdimos. Resulta que las direcciones que llevaba no estaban bien y ya después de unos 40 minutos decidimos tomar el autobus, que a nuestro entender, los lugareños nos dijeron que tomáramos. Íbamos muy incómodos porque era hora pico, el camión iba lleno y nosotros con maletas, pues la verdad no era lo mejor. Después de sufrir un poco, al fin llegamos a nuestro hotel Pitti Palace, que nos quedó a 1 cuadra de la parada del autobus.

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Descansamos un poco, y de ahí nos fuimos a turistear un rato. Cenamos, en este restaurante fue donde probamos un chile muy sabroso, dicen que es un chile de esa zona: el peperoncino. Y por supuesto, seguimos degustando unos gelatos.

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Al día siguiente teníamos planeado irnos a la Torre de Pisa, tomamos el tren y en menos de 1 hora ya estabamos ahí. De la estación al monumento inclinado nos fuimos caminando, fueron como unos 2 km aproximadamente. Una vez más sorprendidos por ver otro ícono mundial. No subimos porque había mucha fila y no teníamos tanto tiempo. Nos tomamos nuestra selfie y nos fuimos.

my_hdr_camera_20151031_155637.jpgYa de regreso en Florencia, decidimos regresarnos caminando para seguir conociendo y nos sorprendimos porque la verdad no estaba nada lejos la estación de nuestro hotel. Fuimos a ver la famosa Piazza del Duomo, la famosa basílica con su gran cúpula color marrón, apresurados por ver el atardecer desde lo alto de su mirador aceleramos la marcha. Con más de 400 escalones subidos, con las piernas temblando y con la lengua de corbata, llegamos. Frente a nuestro ojos se encontraba una de las vistas más espectaculares que habíamos visto , se apreciaba casi toda la ciudad y cómo el sol se ocultaba en el valle de La Toscana. Sus colores marrones y blancos sobresalían dentro de ese panorama sin igual. Ya un rato ahí y habiendo comido, nos fuimos al Ponte Vecchio, que no nos soprendió mucho porque no se podía apreciar muy bien; luego nos dimos cuenta que tuvimos que haber ido a otro punto de la ciudad para poder apreciarlo tal y como aparece en las famosas postales.

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Antes de partir a nuestro siguente destino, alistamos maletas y nos fuimos a desayunar por última vez al buffet del hotel. Nos fuimos de nuevo a la Piazza del Duomo pero ahora subimos desde otro punto para poder apreciar esa famosa cúpula de Florencia. Rapidito nos deboramos otro gelato y nos fuímos al hotel para tomar el tren hacia Roma. Descubrimos que en nuestra carrera por regresar al hotel había un mercado muy artesano, lástima que era demasiado tarde para recorrerlo y comprarnos algo.

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Roma Llegamos de noche. En cuanto salimos de la estación Termini, empezamos con un debate mi esposa y yo. Yo insistía en que las calles de Roma me recordaban a ciertas partes de la Ciudad de México, en cuanto dije eso me volteo a ver con un gesto de: cómo te atreves a comparar estas dos ciudades, cada una tiene lo suyo.

my_hdr_camera_20160309_194614.jpgAl final nadie ganó jajaja. Llegamos al hotel Antico Pallazo, dejamos nuestro equipaje y nos dirijimos a un mercado para comprar chuchulucos, agua y un vinito. Algo con lo que siempre batallamos fue la salsa picante para las chucherias. Como ya era muy noche, solo caminamos un poco, cenamos en un lugar que literalmente nos dieron pasta congelada. Algo increíble! cómo un restaurante italiano te sirven pasta y ravioles precocidos pero de esos que están congelados, una experiencia nada grata.

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img_20160310_161013.jpgAl día siguiente, nos fuimos a cumplir mi deseo, sí, ahora me tocaba a mí. Algo que siempre me atrajo conocer; me gustó tanto como se veía en las tomas de las luchas de los gladiadores en la película de El Gladiador que estelarizó el actor Russell Crowe. Además de su historia, quería estar adentro e imaginarme como fueron esas luchas en esa época. Sí, es el Coliseo Romano. Sin querer era el 1er domingo de mes y la entrada era gratis, así que nos fuimos muy temprano porque pensamos que iba a estar lleno, si había fila pero nada del otro mundo. Eso sí nos sorprendió. Al llegar, no me la creía, estaba frente a algo que siempre quise conocer. La verdad estaba muy emocionado y mi esposa también. Quedamos asombrados por tan imponente inmueble. Ya después del recorrido, nos img_20151201_100330.jpgseguimos a el Foro Romano y las ruinas del Museo Palatino para después continuar con Fontana di Trevi, que aunque ya sabíamos que estaba cerrada por trabajos de restauración, fuimos a verla y la verdad es una obra de arte, sus acabados finos representan a Neptuno. Me atrevo a decir que es la fuente más bonita del mundo, aún y que no he conocido otras. Después, mi esposa quiso ir a la Plaza Española que tiene una de las escaleras mas largas del mundo y para el colmo también estaba cerrada por restauración. Después de tal decepción nos fuimos a la Piazza Navona. Fuimos a comer primero unas pastas, ya andabamos cansados. El ambiente estaba genial que junto con el clima hacían el complemento para una tarde agradable. Había artistas y gente viendo shows de performers. La verdad es una de las mejores tardes que hemos pasado. Ya en este punto nuestros pies estaban más que molidos. Todo esto porque preferimos caminar y conocer de cerca la ciudad, sentirla, respirarla y vivirla.

my_hdr_camera_20151112_091136.jpgEran las 8 am y ya estabamos listos para nuestra siguiente aventura: El Vaticano. Íbamos muy felices pero a la vez un poco tristes porque esta vez no nos despedíamos de una ciudad para ir a otra nueva, era la despedida final. Ya para este día nuestros pies nos pedían a gritos un descanso pero no los escuchamos y seguimos. Al llegar al Vaticano estabamos impresionados por tan grande lugar, estábamos frente al corazón de la iglesia católica. Camino a la entrada vimos los famosos soldados de la Guardia Suiza, img_20151205_173209.jpgcon su peculiar, distintivo e inigualable uniforme. Recorrimos su interior y debo de aclarar que no me maravillo tanto, no era como se veía en las misas papales, siento que en esas misas se ve mas ostentoso. Le seguimos con otra subida, que esta era más alta y llegamos al mirador del Vaticano, que al igual que los otros miradores, alcanzas a ver la ciudad casi completa, cuenta con una panorámica hermosa. Compramos algunos recuerdos religiosos para nuestras familias y nos fuimos al Castillo de Sant´Angelo, lo vimos más de prisa que nada porque  ya ahora sí el cansancio era total. No sin antes pasar por otros gelatos, que para mi gusto, fueron los más sabrosos que prové. Recuerdo que pedí uno de creme brulee, literalmente era un postre, sabía y tenía esa textura tan característica de él, mi esposa también me dijo que estaba super rico, que sus sabores describian tal cual de lo que eran.

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Y como todo comienzo tiene un fin, nuestras vacaciones por Europa terminaron. Tomamos un taxi que nos llevaría al aeropuerto Fiumicino. Todo iba bien, hasta que 1 hr antes de salir nos anuncian que se iba a retrasar el vuelo. No nos preocupamos. LLegamos a NY y apurados para alcanzar el siguiente vuelo, apresuramos el paso. Se suponía que teníamos Global Entry pero el de mi esposa no estaba activado, no nos dimos cuenta y eso nos demoró un poco. Faltando 1 hr, la recepcionista de la aerolinea nos dijo que ya no alcanzabamos a llegar, aun y con 1 hr todavía teníamos que recorrer bastante. Nos pospusieron el vuelo para el día siguiente y nos pagaron hotel. Moraleja: nunca hagas book tu transfer de avión con menos de 2 hrs.

Tips 

  1. Calzado y ropa cómodos.
  2. Apps de mapas offline para ubicarte en la ciudad
  3. Cargador portátil para celular y cámara
  4. Compra pases de metro y/o autobus si tu estancia será larga, ahorra mucho en pasaje.
  5. Compra en mercados.
  6. Si vas a visitar monumentos importantes, compra los pases en linea. Ahorras tiempo.
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